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El chupete es comúnmente utilizado en nuestra sociedad como un “pacificador”… que muchas veces resulta convertirse en el BFF de muchas mamás. Efectivamente el bebé siente muchas ganas de succionar en sus primeros meses de vida, para lo cual es ideal utilizar el pecho materno .
El “chupete” puede provocar alteraciones tanto en la posición de los dientes, huesos y músculos faciales. No todos los niños se afectan por igual, pero no hay forma de saber si tu bebé será afectado o no hasta que suceda…
Muchas de las alteraciones no se corrigen simplemente al eliminar el chupete, muchas tampoco se corrigen solo con el hecho de llevarlos al dentista, ya que muchas alteraciones resultan ser de resorte transdisciplinario (fonoaudiólogo, kinesiólogo, ortodoncista, etc.) y muchas otras resultan ser irreversibles… Y aunque no lo parezca, muchos niños se afectan psicológicamente con el solo hecho de tener que usar aparatos de ortodoncia en edad de crecimiento temprana.
Pero si aún así quieres utilizar un chupete, lo ideal es considerar estos tips para disminuir las probabilidades de daño:
Comenzar su uso no antes de que se establezca una lactancia materna correcta (ideal no utilizarlo el primer mes de vida).
Eliminarlo idealmente a los 6 meses, si aún así deseo postergar su eliminación, no superar el año y medio.
Seleccionar el “menos malo” y NO el más “lindo”: Que el chupete siga una forma más bien delgada (no redonda) al igual que la zona en que se une a la base, que su base siga el contorno de la cara del bebé y que tenga orificios de ventilación, además de NO colgarle cadenas, juguetes y menos más chupetes.
Mamá Dentista®️
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